jueves, 26 de julio de 2012

LEYENDAS DE LA REGIÓN PIURA LEYENDAS DE LA PROVINCIA DE AYABACA Leyenda del Señor Cautivo Recostada sobre la cordillera de los Andes, al pie del cerro "El Calvario" está la ciudad de Ayabaca 2,715 metros sobre el nivel del mar. La mayor riqueza del cristiano pueblo de Ayabaca es la imagen del Señor Cautivo que durante años, y en forma creciente, atrae a miles de peregrinos de todo el Perú y de la República del Ecuador. La imagen del Señor Cautivo es una hermosa talla, cuyo origen, no tan antiguo, está mezclado con la leyenda. El año de 1,751 un grupo de moradores encabezados por el padre García Guerrero, quisieron dar a su pueblo una imagen de Jesús, para lo cual llevaron un tronco de madera, del que al ser cortado brotó un líquido rojo con toda la apariencia de sangre. Al ver esto, los moradores se apresuraron a buscar la mejor manera de santificar este madero y tener una imagen de Jesús para su pueblo. Pronto encontraron a unos artistas de alta calidad, que parecían haber sido enviados por la Providencia. Según cuenta la leyenda, los misteriosos personajes pusieron estas condiciones para realizar la obra : Que nadie los viera trabajar ni interrumpiera hasta que la obra estuviera terminada. Que se les alcanzara por una ventana los alimentos una sola vez al día al amanecer y, que el precio lo arreglarían al concluir el trabajo. Así transcurrieron muchos días y meses, apenas vistos a través de las ventanillas por donde recibían sus alimentos. Pero como se prolongaba la espera, los ayabaquinos perdieron la calma, y deseando conocer como iba la obra, se acercaron a la casa, llamaron y al no obtener respuesta, forzaron la puerta en cuyo interior no encontraron persona alguna é intactos los alimentos provistos; pero ante ellos se levantaba imponente la imagen del Señor Cautivo. Este hecho los impresionó de tal manera que cayeron postrados ante la presencia de su imagen. Se cree que los tres misteriosos escultores volaron al cielo después de haber cumplido con su genial obra, por eso cuando se habla del origen de la imagen, se dice que es obra de ángeles. Desde entonces, la devoción al Señor Cautivo de Ayabaca se acrecienta con el paso de los años, y constituye una verdadera fe para propios y extraños. A su fiesta, que se celebra en el mes de octubre, y cuyo día central es el 13, acuden de los sitios más lejanos tanto del país como del extranjero. Miles de fieles que forman grandes romerías en pos del milagro, o en agradecimiento por los favores recibidos. Colaboración: ADE de Ayabaca
"EL CERRO DE AYPATE" Leyenda El cerro de AYPATE" considerado monumento histórico, patrimonio de la provincia de Ayabaca (Piura), se encuentra ubicado a unos 23 kilométricos al Noroeste de la ciudad Capital del distrito y provincia de Ayabaca. Se dice que este legendario monumento histórico, fue un lugar de ocupación incaica. Presenta construcciones de planta cuadrangular, con piedras irregulares y la parte central con sillar labrado, de estilo poligonal cusqueño. Posiblemente se trata de un Tambo Estatal del período Inca. Tiene una extensión de 600 por l00 metros sólo la llamada ciudadela. Los edificios están ordenados en hileras, separados por calles y pasadizos. Tiene asimismo una plazuela central. ORIGEN DE SU NOMBRE En cuanto al origen de su nombre "Cerro Aypate", según se remonta a la tradición, refiere que el cacique Jefe de los Ayllus, quien tenía una hija casamentera y viendo que habían muchos pretendientes, propuso que aquel individuo que cazara un venadito sin que hubiera sufrido daño alguno, se casaría con su hija. Fueron tantos los que llevaban sus trofeos de caza, pero al examinarlos, se les encontraba alguna lesión. Cierto día, se presentó un indio llamado AYPATE, con un venadito que al ser revisado se le encontró exento de daños; sin esperar más se realizó el matrimonio y sentó residencia en el lugar. Durante su gobierno AYPATE, fue justo; pero a la vez severo e invencible, en mérito a lo cual sus huestes denominaron al lugar con el simple nombre de "AYPATE", tal como en la actualidad se conoce a la FORTALEZA y a las Ruinas que dejaron los Ayahuacas, cultura Pre-Inca que habitaban en estos territorios. LAS CAMPANAS DE ORO Asimismo la Leyenda sobre el cerro AYPATE refiere, que una vez sus pobladores, habían oído contar que éste Cerro encerraba en su interior un misterioso tesoro, consistente en gigantes Campanas de Oro. Unos blancos codiciosos, desesperados, organizaron trabajos de excavación en busca de los fabulosos tesoros del Cacique (Jefe) AYPATE en los profundos subterráneos del Cerro Granillo, lugar éste cercano al Cerro Aypate. Para lograr su descabellado propósito, utilizaron a los comuneros del lugar y a uno de ellos; joven, fuerte y vigoroso, lo hicieron descender con una soga amarrada a la cintura por las faldas del Cerro Aypate, hasta que llegó a un túnel,. y después de un rato lo subieron. El joven se encontraba al borde de la muerte, pálido y arrojando sangre por boca y nariz. Ya con voz moribunda comenzó a narrar la gran cantidad de objetos de oro macizo y las codiciadas campanas que había visto y que todo se encontraba iluminado con una lámpara de oro. Luego el joven murió. Fue la primera víctima del antimonio, gas nocivo que expiden los tesoros enterrados y penetran al organismo humano con nefastas consecuencias. Pero los comuneros creen que el demonio (antimonio) es el guardián de los fascinantes tesoros o riquezas del Inca. Los trotamundos, después de escuchar lo dicho por el pobre hombre, se lanzaron con más ahínco a cavar, cavar, cavar sin resultado alguno por la presencia del antimonio. Fue entonces que al treintavo día, el Cerro Aypate desató toda su furia, comenzó la tormenta día y noche acompañado de lluvias, granizo relámpagos, fuertísimos ventarrones que durante varios días asolaron la región, provocando un alud en la falda de un cerro hacia la quebrada de Aypate, llevándose los sembríos que se encontraban en sus orillas. Los comuneros sufrieron por motivo de que no habían cosechas. Este perjuicio, según dicen los habitantes de esta región, fue causado por hombres blancos. Colaboración: ADE de Ayabaca
LEYENDA: EL PUENTE TONDOPA” Este puente, se halla ubicado sobre el río Quiroz, entre la carretera que conduce del distrito de Paimas a la ciudad Capital del distrito y provincia de Ayabaca.- Departamento de Piura. La leyenda relata, que este legendario Puente carrozable, fue construido por "Satanás", quien deseando cambiar de territorio, dejó sus abrazadores dominios y vino a sentar sus reales pezuñas en las frescas regiones del río Quiroz. Desde entonces, a orillas de este pintoresco río, pasaba sus días maquinando nuevos y macabros planes para la conquista del mundo y la perdición de la humanidad. Así el tiempo fue transcurriendo, hasta que un día le asaltó a su mente enfermiza una macabra inspiración, que sin pérdida de tiempo, puso inmediatamente en práctica, por "vía de entrenamiento". Desde entonces, a todo cuanto viajero que transitaba por estos lugares fulminaba con la fuerza maléfica de sus fulgurantes ojos. Luego utilizaba, su sangre como amalgama para unir los peñascos de las riberas del río, e ir formando de esta manera, las bases sólidas de un infernal puente. Refiere también la leyenda, que "El Diablo" ser maligno que por su naturaleza le fascina estar en todas partes y de ninguna manera vegetar en una sola zona, de un momento a otro, emigró a otros lugares, dejando inconclusa su diabólica "obra.". Andando el tiempo, estos espléndidos basamentos, sirvieron posteriormente para tender sobre ellos el Legendario Puente de Arraypíte - TONDOPA, por donde se transita a la ciudad de Ayabaca. Desde entonces, todo aquel visitante que se detiene en este caserío, siente un impulso irresistible y una gran curiosidad de observar con asombro y cierto temor las bases de este puente. Colaboración: ADE de Ayabaca
"EL ENCANTO DEL CERRO CUCHALLIN" Cuenta la historia que un caminante se perdió una noche en el bosque del Cerro Cuchallín, (distrito de Montero - Provincia de Ayabaca) Su extraña desaparición causó gran preocupación entre sus familiares y conocidos que, inmediatamente, se dispusieron a buscarlo. Refieren que en esta búsqueda pasaron varios días sin tener noticias, pero nunca se dejaron abatir por las historias ocurrentes que comenzaron a circular sobre aquel extraño caso. Finalmente, aquel largo período de búsqueda dio su fruto, y aquel desafortunado hombre fue encontrado. Sin embargo, este hecho mas que alegría causó mayor desconcierto, especialmente a quienes presenciaron el hallazgo, en razón de que se encontraba muy escuálido, enfermo y sin habla. Tras muchas interrogantes que jamás pudieron ser contestadas y después de varias indagaciones, uno de los presentes se percató, con sorpresa, que aquel pobre desdichado había perdido su sombra. Algún tiempo después se supo que se la habían robado sus ancestros en el cerro CUCHALLIN. . El desafortunado hombre sin sombra pasó toda su vida tratando de encontrarla, pero nada pudo hacer contra aquel encanto que lo sorprendió una triste noche en el bosque. Pasado algún tiempo, la muerte lo llamó a su lado y él acudió sin haber podido recuperar la sombra que le fue arrebatada por el encanto del "CERRO CUCHALLIN". Curiosamente, esta misma historia se repetirá con pocos cambios entre los poblados cercanos en diversos centros de culto de los "GUAYACUNDOS". Colaboración: ADE de Montero.
EL CERRO DE LIGUASNIO” Dagoberto Encalada, un hombre viejo y golpeado por la vida, natural del caserío de Liguasnío, perteneciente al distrito de Jililí- Provincia de Ayabaca, nos reunió una tarde de invierno, cuando el crepúsculo teñía de rojo el cielo a nuestro alrededor, para contarnos la leyenda del CERRO DE LIGUASNIO relato que, por cierto, le habíamos pedido nos cuente hacía mucho tiempo. El viejo se acomodó sobre su deteriorada perezosa de madera de chachacomo, que como un péndulo, se balanceaba lentamente al son del rechinar del vetusto entablado que cubría el piso del recinto. El humo que exhalaba de sus labios, se disipaba lentamente mientras brotaban de su boca suaves y apagadas palabras :Antes que ustedes nacieran, empezó; de tras del CERRO DE LIGUASNIO, existió una laguna de extraordinaria belleza. Tal era su atractivo que en las noches de luna llena, brillaba como un fino diamante, rodeada de un hermoso jardín colmado de dalias, geranios, cucardas y caracuchos. Cuando el sol se encontraba en el ocaso en todo el contorno del cerro aparecía una aureola luminosa impresionante. Los habitantes del pueblo, se sentían muy orgullosos de poseer un majestuoso paraje, un verdadero edén serrano. Muchos de los moradores sintieron la irresistible necesidad de bañarse en las cristalinas aguas de la laguna por puro placer, otros, en cambio con la creencia de que al hacerlo podían curarse o encontrar alivio a sus males. Así fueron transcurriendo los años hasta que inexplicablemente la gente empezó a dejar de concurrir a este lugar, según parece debido a que iba tomando cada día mayor fuerza los rumores sobre hechos sobrenaturales que venían ocurriendo, a la media noche, persistentes y escalofriantes alaridos. Según versiones a los animales se los tragaba la laguna, en cambio, las personas sufrían el "encantamiento" del cerro quedando convertidos en huancas (piedras grandes),las mismas que hasta la fecha permanecen allí, como fervientes guardianes del tiempo y como mudos testigos de lo que sucedió. El temor se fue apoderando de la población hasta que ya no pudieron resistir más. Decidieron entonces poner punto final al "maleficio" secando la laguna llenándola de sal. Fue tal la cantidad que le pusieron que esta se cristalizó como un gigantesco cuarzo. Instantáneamente, como por arte de magia, el "encantamiento" desapareció, reinando desde entonces la calma y armonía en el bello y pintoresco paisaje andino. Los moradores de Liguasnío nunca más vieron sus sueños interrumpidos por aquellos espeluznantes bramidos que habían trastornado sus vidas. Ahora sólo les queda el recuerdo de aquella hermosa laguna que en otro tiempo admiraron, pero que a la vez les hizo tanto daño. El anciano terminó su relato diciendo: Si algunas vez se detienen a contemplar al CERRO DE LIGUASNIO, constatarán asombrados que se impone y se yergue como un coloso, protegiendo al vulnerable pueblito, formado por casas de paredes blancas y tejados rojizos, que se enclava firme y apasionadamente en el corazón de la serranía piurana. Colaboración: CN"Dagoberto Torre Agurto” Jililí - ADE de Montero
EL HOMBRE QUE SE CONVERTIA EN LEON” En un hermoso pueblo de la serranía piurana, un grupo de vecinos que tenían por costumbre reunirse en la Plaza Principal a entablar amenas y picarescas conversaciones; Casimiro Flores el más entrado en años, un tanto acongojado lamentaba como poco a poco se habían perdido algunas buenas costumbres de carácter familiar, se refería a los relatos amenos e ilustrativos ,que los abuelos solían contar a sus nietos, historietas que por cierto ellos también habían escuchado de sus antecesores y lo relataban para que las tradiciones que son el alma de los pueblos no mueran. Entonces vino a su memoria un relato que su abuelo le contó cuando aún era niño y empezó : Cuentan que en los primeros años del siglo pasado en el caserío El Almendro, perteneciente al distrito de Paimas- Provincia de Ayabaca, sucedieron hechos increíbles, que pusieron a la gente en zozobra. Por aquel entonces las actividades principales eran la agricultura y la ganadería, las mismas que se desarrollaban en un ambiente de paz y armonía, hasta que a partir de cierto día empezaron a suceder hechos raros, como cosas del demonio, se trataba de la desaparición de algunos animales de rebaños que llevaban a pastar. Ante tal situación, un vecino impulsado por la curiosidad de averiguar la verdad de los que se comentaba, se armó de coraje y se dirigió al campo dispuesto a descubrir el misterio de las desapariciones y ¡ Cual fue su sorpresa ! cuando a lo lejos divisó a Pedro Huaygua, un hombre de pocos amigos, tal vez por su carácter introvertido y taciturno, que vivía aislado del pueblo. Nunca se casó ni tuvo hijos. Cautelosamente lo siguió sin que se diera cuenta que estaba siendo observado, cuando de pronto no muy lejos del lugar, junto a una peña lo vio completamente desnudo y comiendo flores de simora (planta alucinógena); de repente sucedió lo increíble, paulatinamente fue transformándose hasta convertirse en un temible y feroz león. El miedo se apoderó él, no salía de su asombro, como también no dejaba de persignarse, por lo que no tuvo más remedio que, emprender veloz carrera de regreso al pueblo, como alma que lo lleva el diablo; inmediatamente reunió a los vecinos y les contó con lujo de detalles lo que había presenciado. Muchos no le creyeron, otros un tanto atónitos simplemente le escuchaban, al final nadie le dio importancia por ser fantasioso. Sin embargo, no pasó mucho tiempo y nuevamente volvieron a perderse los animales de los rebaños, sin dejar rastro, como si los hubiese tragado la tierra, ocasionando graves pérdidas económicas a sus dueños. Estos hechos, dieron lugar para que el pueblo reaccione, se organice y armados de revólveres, viejas escopetas, palos y machetes decidieran salir en busca del causante de tanta desgracia. Sucede que todos querían participar, unos enojados por la pérdida de sus animales y otros fascinados por el misterio de las desapariciones. Así pues, a la mañana siguiente , muy temprano marcharon a la zona y apostados en una quebrada , después de una larga y angustiosa espera, cuando parecía que todo había sido en vano ; un lugareño que se encontraba un tanto alejado del grupo divisó desde una chacra a Pedro Huaygua y les pasó la voz, de inmediato se escondieron entre los arbustos. Fue entonces que atónitos y sorprendidos, observaron como el hombre se desnudaba al mismo tiempo que comía las flores de simora, para luego, como algo sobrenatural, fue transformándose hasta convertirse en un león; como todos quedaron paralizados, el león desapareció como por encanto, pues se había trasladado al lugar donde se encontraban los rebaños y los atacó con cruel fiereza, dejando a unos heridos y a otros muertos, incluso había devorado a una cabra. Pasado el susto, reaccionaron lanzándose al ataque disparando sus armas de fuego y lanzándole piedras; sin embargo, la bestia logró fugarse, pero como estaban seguros de haberle alcanzado con un balazo, lo siguieron y grande fue su sorpresa que al encontrarlo ya no era el león sino Pedro Huaygua que se encontraba herido y sangrando , recostado junto a una roca revestida de achupallas. De pronto se escuchó una voz, ¡ Terminemos con el malvado de una vez ! y en ese preciso instante que se le iba a dar el tiro de gracia, el hombre se puso de rodillas y entre sollozos les imploró que no lo maten, que no depende de él lo que le pasaba , que seguramente alguien que lo odia le ha hecho daño embrujándolo y es por eso que el demonio es el causante de lo que le sucedía y les suplicaba que le perdonen la vida, entre sollozos volvió a implorar ¡ No me maten hermanitos !,¡ les prometo por lo más divino devolverles sus animales!. Ante ello el grupo se calmó y ya mas serenos, sintieron compasión del infeliz y decidieron perdonarlo; pero sólo con la condición que acepte ser exorcizado, efectivamente así sucedió. De todas maneras le volvieron a repetir, te perdonamos la vida, si cumples lo que tu prometes , lo que él respondió," Tengo una deuda con ustedes que lo pagaré mientras tenga vida". Desde entonces volvió a reinar la tranquilidad en el pueblo. Lo curioso de todo es que cuando en la actualidad se pierde un animal, creen que el culpable es don Pedro Huaygua, que ha roto su promesa. Colaboración: Complejo Educativo "Virgen del Rosario" De Zamba ADE Paimas
EL ENCANTO DE LAS HUANCAS DE CHOCAN" Cuenta una antigua leyenda que al aproximarse cualquier creyente a la Huanca de Chocán escucha flautas y bombos. En ese instante, quien haya osado aproximarse a este lugar queda irremediablemente "Encantado". La escultura de piedra que preside la huanca tiene un poder sobrenatural que los hace dormir a sus pies. Más tarde, cuando el intruso se encuentra profundamente dormido, un ancestro que mora en la huanca se acerca y, aprovechando que el creyente está descansando y por lo tanto es un hombre indefenso, sus antepasados Guayacundos le roban su espíritu, que no es otro que su sombra. Colaboración: ADE de Ayabaca LA IMAGEN DE LA VIRGEN PURA Y LIMPIA DE SAPILLICA” La Virgen Pura y Limpia se le apreció a una niña, cuando sus padres la mandaban a pastar una vaca, allí donde hoy es su iglesia. Por aquel entonces, era una ciénega y la vaca tenía la costumbre de ir a comer pasto verde todos los días por este lugar. Fue entonces que una mañana se le apreció a la pastorcita, una niña muy bonita, tierna y dulce que la invitó a jugar, pero ésta se asustó y no quiso, porque su mamá le había puesto un" copo" de lana para que hilara todo el tiempo de pastoreo. Sin embargo, la niña insistió en su invitación a jugar. No te preocupes que yo te ayudaré a hilar tu "copo"...Así sucedió, cuando terminaron de jugar, la lana ya estaba hilada. Al día siguiente pasó lo mismo y así sucesivamente. Fue entonces que su mamá un tanto sorprendida le preguntó:¿Por qué avanzas a hilar la lana tan rápido? y la pastorcita le respondió: una niña muy bonita se aparece y me invita a jugar y por la tarde me entrega toda la lana hilada. Sus padres preocupados le dijeron ,nosotros nos vamos a esconder, para que cuando aparezca la niña, la coges fuerte de sus brazos. La pastorcita salió de su casa como de costumbre con su vaca a realizar su tarea cotidiana seguida de sus padres un poco retrasados deciden descubrir lo que sucedía. De repente apareció la angelical niña y fue sujetada muy fuerte por la pastorcita y llamando a gritos a sus padres para que vinieran a verla. Grande fue su sorpresa al ver que la niña en ese instante se convirtió en una piedra tomando la imagen de una virgen. Sus padres la llevaron a su casa y la colocaron en un cuartito. Al día siguiente la fueron a ver donde la habían dejado y su sorpresa fue que no la encontraron, había desaparecido. Fueron a buscarla a la ciénega y allí la encontraron. De pronto desde el interior del lugar escucharon una voz que decía :¡Yo soy la Virgen PURA y LIMPIA!....Somos tres hermanas :La VIRGEN DEL ROSARIO, LA VIRGEN DE SANTA LUCIA Y YO...Los padres de la pastorcita comunicaron a los demás pobladores y decidieron construir una pequeña capilla de oración. Con el transcurrir de los años se edificó la actual iglesia matriz de Sapillica. Desde entonces del 15 al 20 de noviembre se realiza la fiesta Patronal en honor a la virgen PURA y LIMPIA del distrito de Sapillica - provincia de Ayabaca. Colaboración: Coordinación Sapillica
LEYENDAS DE LA PROVINCIA DE TALARA TEOFILO "EL PESCADOR" Cuentan viejos pescadores que desde mucho tiempo atrás, del puerto de San Pedro del distrito de Pariñas - Provincia de Talara, todos los días y a muy tempranas horas de la madrugada numerosos pescadores se hacían a la mar en sus “balsillas” (pequeñas embarcaciones artesanales, confeccionadas de troncos de palillo entrelazadas con soga, una vela de tela de lona gruesa y dos remos en ambos costados que le permitían desplazarse con mayor facilidad), con la finalidad de pescar en especial peje blanco, cabrilla, y ojo de uva, por ser más apreciados por su sabor, tanto para el consumo familiar como en el mercado donde alcanzaban mejores precios y por consiguiente obtenían mejores ingresos. Como era natural, por tratarse de una actividad riesgosa, por lo general tenían que afrontar serios problemas, pero a veces la situación se les complicaba, sobre todo cuando tenían que enfrentarse a fuertes remolinos con riesgo de perder sus vidas. Por ello a pesar de su desesperación de no poder seguir avanzado a la zona de pesca, no tenían más remedio que regresar, lamentando su mala suerte, para volver a intentarlo al día siguiente y en otras zonas. Sin embargo, para un personaje la cosa era completamente diferente. Todos los pescadores recuerdan con asombro, la gran suerte que siempre acompañaba a un pescador llamado Teófilo, que a excepción de los demás, era el único que lograba hacer faena, pues regresaba con su pequeña balsilla cargada de pescado. Esta hazaña sin precedentes, era el tema cotidiano de los comentarios que se hacían en el pueblo. Cuentan los pescadores que cuando salían de pesca, Teófilo sin dar razón alguna como siempre se alejaba de ellos en dirección de la zona del cerro La Capullana. Por lo general siempre se encontraba parado sobre un peñazco, dando la impresión como si se hubieran puesto de acuerdo, porque un negrito con el cordel en la mano y alzando el brazo le indicaba con gran acierto el lugar preciso donde se encontraba el banco de pescado. Por este motivo la pesca de Teófilo era exitosa y consecuentemente retornaba al puerto con gran exactitud, a las seis de la mañana con su balsilla llena de pescado. Comenta mucha gente que conoció a Teófilo, que esta suerte que Dios le había concedido le acompañó por muchos años, hasta que un día la noticia de que no había regresado sorprendió a todo el puerto. Según parece a causa de un gigantesco remolino que se lo llevó al fondo del mar. Otros afirman que fue el mar que se apoderó de su cuerpo. Sólo se sabe que parte de su ropa fue encontrada en el interior de una de las cuevas del cerro de La Capullana, donde el ánima de Teófilo permaneció encantado por mucho tiempo. Refieren que un buen día sus familiares recibieron el consejo de un curandero experto en asuntos de encantamientos, quién les planteó que la única forma de que Teófilo se libere del "encanto", era llevando un niño recién nacido y moro (sin bautizo) y dejarlo sobre una pequeña balsilla en el lugar donde se hundió el pescador. Para felicidad de sus seres queridos fue así como Teófilo logró liberarse del "encanto". Desde entonces todos los Viernes Santos este "encanto" se manifiesta, pero sólo son los familiares de Teófilo los únicos que llegan hasta la cueva y afirman que en varias oportunidades lo ven con un parecido a la figura de un pastor con su rebaño. Aseguran también que es así como se ha cumplido la misión que el "encanto" le pidió en agradecimiento y retribución por el buen pescado que generosamente el pescador todos los días ofrendaba al cerro La Capullana. Colaboración: ADE de Talara LEYENDAS DE LA PROVINCIA DE PAITA "EL HOMBRE DEL PERRO" La peste bubónica aparecida en la Huaca en el año de l904 no solamente dejó una secuela de dolor, angustia y pánico, sino que a raíz de ella se tejieron leyendas que aún se siguen contando, alimentadas con la influencia de otras de lugares vecinos. La leyenda presente fue naciendo por el miedo que se sentía por una casa abandonada cerca de la hacienda "Santa Ana", la que por los años de la peste bubónica sirvió de lugar de "cuarentena", donde los arrieros y visitantes tenían que permanecer l5 días en observación para asegurarse de que no estuvieran contaminados y poder ingresar al pueblo de la Huaca. La peste estaba diezmando a los pueblos vecinos como Paita y Colán; especialmente al puerto donde atracaban barcos extranjeros, refugios de ratas que eran las primeras en salir a tierra dejando a su paso infestada la población, de pulgas transmisoras del terrible flagelo. Los moradores preocupados formaron un cordón humano a lo largo del perímetro de la población y las autoridades solicitaron al Prefecto de Piura la suspensión del tránsito del Ferrocarril Paita-Sullana, para evitar el contagio. A pesar de esta medida, justo en la casa de la "cuarentena" estalló el mal, muriendo diariamente gente del lugar y foráneos. Nulos eran los esfuerzos de los médicos y "acomedidos" por evitar la propagación de la peste. Los muertos eran sepultados en fosa común, envueltos en sábanas o sacos y el temor de la gente aumentada cada día. Según cuentan algunos, el pánico hacía que sepultaran a las personas aún con vida y que, en un grado máximo de psicosis, la gente llegara a quemar la casa de la "cuarentena" con todos sus ocupantes : muertos y agonizantes. Cuando la peste fue dominada, la tranquilidad y la calma animaron a los pobladores a visitar la quemada casa de la "cuarentena", la que solamente exhibía escombros, horcones carbonizados y formas humanas ennegrecidas que el viento, la arena y el tiempo se encargaron de cubrir. Después de unos años, las lluvias constantes trajeron nueva vida a la Huaca, y en lugar de la casa siniestrada nació un frondoso vichayo que daba unos anaranjados y olorosos frutos, pero que ni el más travieso de los " churres " osaba tomar como si algo se quemara, y al borde de la media noche se veía salir de entre sus ramas a un hombre con el cuerpo y las ropas quemadas jalando un perro en dirección al cementerio. El respeto y temor que por muchos años ganó esa zona traspasó las fronteras del distrito, y uno de los tantos encargados de difundirlos fue aquel vendedor de las cachemas que, queriendo estar en la madrugada en el mercado para vender su mercancía, salió de Colán al anochecer y a la media noche se topó con el hombre del perro que hizo que su burra se espantara golpeándolo y botando las alforjas con pescado. Al día siguiente, un pastor que buscaba una cabras extraviadas, al ver la gran cantidad de gallinazos que revoloteaban a la altura de la hacienda "Santa Ana", se encaminó presuroso hacia ese lugar, quedando sorprendido al ver que lo que las aves festinaban eran pescados. De no haber encontrado al pescador acurrucado en una acequia que fuera de sí decía ¡He visto al diablo !...he visto al diablo!, y tartamudeando contar lo sucedido, el pastor hubiese creído que en aquella noche, hace mucho tiempo atrás, habían llovido peces. Autor: Pablo Medina Sanginez
"LA LUNA DE PAITA Y EL SOL DE COLAN" En el Puerto de Paita, hace muchos años vivieron dos jóvenes llamados Mercedes y Juan , los cuales eran grandes amigos desde muy pequeños, casi como hermanos. Siempre andaban juntos por la orilla de mar, es así como a Mercedes le fascinaba contemplar el atardecer, especialmente en las temporadas cuando salía la LUNA y a Juan le encantaba ver el amanecer para apreciar la salida del SOL. Ellos vivían en el propio puerto, en razón que sus padres eran pescadores. Ambos jóvenes cada vez que veían al radiante SOL o la hermosa LUNA se sentían más atraídos e identificados. Mercedes cuando salía la LUNA, contemplaba su serenidad, candidez, ternura, melancolía y ese resplandor maravilloso que transmitía; lo curioso era que dichas características eran también propias de ésta dulce joven porteña. Por otro lado, Juan al ver al vigoroso, ardiente, resplandeciente y majestuoso SOL, sentía que éstas características eran también de su persona. Pero aun así dentro de cada uno de los corazones de ambos jóvenes había nacido un sentimiento de inquietud y nostalgia hacia la LUNA y el SOL; tal vez se podría decir que añoraban ser como ellos, ya que tenían las mismas cualidades de los astros. Tanto a Mercedes como a Juan les gustaba preguntar a los pescadores cuando retornaban de sus faenas ¿Cómo ven al SOL y a la LUNA en el mar en sus horas de trabajo?. Los pescadores luego de descargar la preciada carga de sus botes, en seguida se sentaban en las rocas y daban respuesta a dicha interrogante: por las tardes el SOL en el cielo ilumina el mar, calienta sus aguas y a ellos les llenaba de energía y les daba fuerza para seguir trabajando. Más tarde el SOL le daba pase a la LUNA en una forma tan elegante como el TONDERO y coqueta como la MARINERA. La LUNA que sale a iluminar con sus rayos de plata el firmamento y refleja su belleza en el cálido y rico mar. También los pescadores les decían que al ver a la Luna se sentían tranquilos y seguros, sentían paz en sus corazones y era la voz que les indicaba que ya es hora de regresar a sus hogares. Cuando terminaban de hablar los pescadores, los jóvenes les agradecían y regresaban a sus casas encantados y con ganas de seguir soñando. Al menos la característica propia y principal de Mercedes era ser soñadora y de JUAN ser valiente. De estos jóvenes su gran anhelo era llegar a la LUNA y al SOL. En sus ojos brillaban las posibilidades de que algún día lo harían. Pasado algunos días, Juan tuvo que decirle a Mercedes algo horrible y conmovedor que iba a afectar a ambos. Fue una mañana de verano, cuando le comunicó a ella que tenía que partir del puerto de Paita para irse al pueblo de Colán, en ese momento al escuchar Mercedes la sorpresiva noticia sus lágrimas cayeron mojando la arena y sintió que el SOL de aquella mañana de intenso verano se debilitó. Echóse a llorar entre los brazos de Juan y le pidió desconsoladamente que no se fuera, que no podía vivir si él, ya que lo quería demasiado. Pero Juan le explicó que tenía que irse por cuestiones de negocios, ya que su padre debía atender la venta de pescado y mariscos en Colán. Después de esto, Mercedes se tranquilizó; sin embargo, ambos jóvenes sentían que se había desgarrado algo dentro de su alma y corazón. El tenía que partir al día siguiente, al amanecer, para Juan ya no sería esto tan agradable como antes, porque el amanecer significaría su partida. Pero antes de partir cada uno prometió que siempre que contemplaran uno al SOL y la otra a la LUNA, pensarían uno del otro, día a día y noche a noche. Llegó el momento y Juan se marchó, las olas del mar chocaban en las peñas y desembocaban sus aguas frías en la arena como una forma de reclamo y de tristeza- El SOL no brillaba mucho, y el corazón de Mercedes parecía ya no latir. Después de la partida pasaron muchos días y noches de estar distanciados. Mercedes y Juan seguían cumpliendo su promesa. Mercedes todas las noches, se iba a sentar en la arena a contemplar a la LUNA y a la vez pensaba en Juan. Por otro lado, Juan todas las tardes miraba el SOL y pensaba en ella. El distanciamiento había hecho dar cuenta a los jóvenes de un sentimiento oculto que jamás imaginaron ; ya que ellos sólo se querían como amigos. Ese sentimiento fue el "amor" que brotó de sus corazones y que sin querer se fue formando en ellos. Un 15 de marzo en Colán y en Paita como de costumbre los jóvenes cumplían su promesa. Una tarde de aquel día Juan se experimentó algo extraño, al mirar el sol sentía una fuerza interior que lo atraía como un imán hacia el sol. Y es que era tanto el deseo de llegar al sol, que de repente sintió que su alma poco a poco se elevaba hacia el SOL. Mientras tanto en Paita se oscureció de pronto el cielo y salió la luna. Mercedes fue de prisa a la playa del Puerto y se sentó a contemplar a la LUNA, como siempre la veía maravillada y encantada, esta noche era especial, Mercedes también deseaba llegar a ésta , es más ,quería ser como ella y también sintió lo mismo Juan en su interior , ese imán que la atraía a la Luna . En Colán estaba el SOL y en Paita la LUNA. En un mismo instante ambos jóvenes se pusieron en contacto mental, Mercedes escucha, que Juan la llamaba y le decía ¡Es la hora! y Juan también escuchaba decir a Mercedes Sí es cierto, ¡Es la hora! entonces ambos jóvenes se elevaron y volaron cada uno de ellos a sus astros preferidos Juan al sol y Mercedes a la luna, poco a poco se acercaron y llegaron a estos dos astros, en ese momento su alma y cuerpo se compenetraron uno con el sol y el otro con la luna. Fue un momento mágico, que ambos brillaron como dos estrellas luminosas y la luna y el sol se tornaron más resplandecientes. En Paita alguien que se encontraba merodeando por la playa contempló esto y se quedó impactado, no lo podía creer. Por otro lado en Colán alguien también vio lo mismo, estas personas los conocían. Después de esto la LUNA y el SOL o mejor dicho Juan y Mercedes se unieron en el mismo firmamento, y uno se escondió y otro se quedó en el cielo era la luna de Paita, (Mercedes) que se quedó a iluminar la playa y el mar del puerto de Paita hasta dar pase a el sol de Colán (Juan) que a partir de ese día se turnarían para dar belleza a estos dos lugares. Es por ello que se dice que la luna de Paita te invita a soñar ya que Mercedes era una chica soñadora, y además se creó el dicho popular "ESTAS EN LA LUNA DE PAITA Y EL SOL DE COLAN" que quiere decir que estas distraído y soñador, porque como ambos astros son tan bellos y encantadores que cuando los vez te quedas encantado, y es que ya sabemos porque pasa esto, ¿cierto?. Colaboradoración-CSM “SAN FRANCISCO”
CICATRIZ DE LA VIRGEN DE LAS MERCEDES La preciosa imagen de Nuestra Señora de las Mercedes, que se venera en Paita, parece haber sido confeccionada por escultores de la escuela quiteña. Cuéntase que cuando fue traída, trájose más bien, para la ciudad de Piura; pues, para Paita habíase pedido la Imagen del Rosario, y al ser recibido el cajón que la contenía, descubrióse que había sufrido un cambio. Pues la imagen del Rosario, para Paita, había sido entregada a Piura; y la imagen de las Mercedes, para Piura, se había traído a Paita. Quísoce rectificar el error y hecho el cambio de las imágenes como un misterio divino, nuevamente estaban cambiadas; por lo cual no dudaron que la venerada imagen de las Mercedes era la escogida advocación por la Reina del Cielo, para recibir culto y veneración en este puerto de San Francisco de Buena Esperanza. Este portento hizo que la incipiente devoción a la Virgen de la Merced, se arraigara y se extendiera por todos los contornos piuranos. El 3 de Enero de 1587, Sir Thomas Gavendish, salió de Plymout, con tres bajeles tripulados por 123 hombres, más sorprendidos por las fuerzas de Quito, entró al puerto de Paita, el mismo que había reunido bastante dinero, destinado a la compra de géneros, que debían venir en la flota mercante desde Panamá al Callao. Con este caudal hizo Gavendish abundante botín y luego incendió la ciudad, las llamas devoraron las iglesias, el Convento de las Mercedes y las casas de los vecinos; por lo cual muchos abandonaron Paita y se fueron a vivir en el Valle de Catacaos (esto, según lo indicado en el Manual de Ensayo Pastoral, editado por el Equipo Pastoral Arquidiocesano de Paita), quedando en el puerto el corregidor y poca gente, la misma que reiteró al Virrey de la época, la súplica, de que trasladase la población a otro lugar. Por este tiempo los vecinos del Monte de los Padres, lugar de la segunda fundación de San Miguel, ya habían hecho abandono de este sitio, y vivían en Paita, pero las continuas incursiones de los piratas, la destrucción del puerto por Gavendish y otros inconvenientes, como la falta de agua y leña, los obligaron a trasladarse al sitio que ocupa Piura hoy definitivamente. ¿Se habría ido también, la excelsa Patrona de Paita?, ¿Habría desertado de su templo y habría abandonado su conquista? Parece que no. Pues aún no hay prueba de ello; habiendo desaparecido todos los documentos (por los diversos y continuos incendios de la ciudad). Pretenden algunos; que un devoto suyo, cuyo nombre no ha conservado la tradición al ver las llamas que todo devoraban, penetró en la iglesia y arrastrando el peligro, subió el Camerín, cogió en sus brazos la preciosa efigie de Nuestra Señora de las Mercedes, amada de los paiteños; y la llevó a su casa, cuidándola cual si fuese un miembro de la familia; hasta que cuando vuelvan los fugitivos, se construyera un nuevo templo. Con el renacer de la ciudad, renováronse los paiteños, en su devoción a Nuestra Señora de las Mercedes, y luego pasaron a reconstruir su Santuario. El actual Templo de la Merced en Paita, cuyos muros de piedra tienen seis pies de espesor, tuvo anexo a esta iglesia un convento y un colegio en el sitio que hoy ocupa los almacenes fiscales. Se sabe por tradición que frente a la iglesia, donde ahora está la Aduana, en terrenos ganados al mar los barcos que zarpaban, se detenían poniéndose al pairo, para que los navegantes, se encomendaran a la Virgen de Merced y les depare buena travesía. En tiempos de largos viajes en los veleros, época del romance de la navegación a vela, cuando al amanecer se reunían los tripulantes; antes de emprender otras faenas, entonaban su acostumbrado cántico divino, cuya letra es: Bendita sea la luz Y la Santa Vera Cruz Y la Santa Trinidad. Bendita sea el alba Y el Señor que la manda. Bendito sea el día Y el Señor que nos la envía Con sus tres naves, el Santuario, no carece de mérito; sin ser de los que pueden calificarse de obras maestras: De pié en ancho camarín, la Santísima Virgen, bien ataviada, parece presidir los destinos de Paita. Tiene los brazos abiertos en ademán de llamarnos y cual si nos dijera “Venid a mí, vosotros todos, cuantos andáis agobiados por trabajos y penas; que yo, os aliviaré. Su rostro claro y hermoso, da la impresión que respira; a la vez que es dulzura y majestad. Una cicatriz de color encarnado, que adorna su cuello, ostentase, cual trofeo, que al recordar una brillante victoria, patentiza el cariño maternal, que la Reina de los Cielos, tiene a los paiteños. Figura en primer término el hecho imborrable de la herida con arma blanca; existe la cicatriz, nadie lo puede negar. Pero “¿Cuál es su Origen”?. Varias son las versiones; las cuales manifiestan ciertas divergencias, en algunos pormenores de poca importancia; son unánimes es decir que la mano sacrílega, que hirió a la sagrada efigie, es la de un hereje y corsario inglés. Ved aquí su versión acreditada: En la noche del 12 de Noviembre de 1741, Paita, fue sorprendida por piratas ingleses al mando del protestante Lord George Anson, más, porque no obtuvieron los piratas en el pandillaje, la aceptación de los paiteños el rescate propuesto por Anson; éste procedió a incendiar la ciudad con alquitrán y otros combustibles que había en abundancia en los depósitos. Sólo se salvaron de este voraz incendio las dos iglesias: San Francisco y las Mercedes. Anson inspirado en su odio, a las Santas imágenes, pretendió repetir las profanaciones, que casi dos siglos antes hiciera su coterráneo Gavendish: e intentó decapitar a la Virgen de las Mercedes; pero salieron burladas las tentativas; embotase su espada y quedó estampada en una sangrienta herida el indeleble estigma de su impía hazaña. Loco de furor, mandó que llevaran la imagen a la nave, sin duda para destrozarla. Pero no bien llegó la imagen a la nave, estalló una horrible tempestad y espantados los tripulantes echaron al agua la portentosa estatua a cuya presencia atribuyeron el infausto suceso. Por eso afirman los pescadores de hoy, que en las escamas de algunos peces, especialmente en la corvina dorada cuando se expone al sol, se vé representada la imagen de la Virgen de las Mercedes. Al día siguiente, cuando los ingleses ya habían levado anclas, unos paiteños que salieron a la plaza, divisaron algo a lo lejos que parecía un ser humano bien vestido y tendido sobre la arena. Acercáronse y vieron con asombro, que lo que había tomado como ser humano era una perfecta y bien ataviada escultura, delante de sus ojos maravillados, tenían a la Patrona de Paita, cuya desaparición ya lamentaban. Cayeron de hinojos y le rindieron el homenaje de su veneración. Una vez satisfecho este primer impulso, partieron a la ciudad en la que dieron parte del feliz hallazgo. No es posible describir el júbilo que causó a los paiteños, esta inesperada noticia; acudieron a la playa y en magnifica procesión, llevaron a su excelsa protectora en hombros, en medio de las más entusiastas aclamaciones a colocarla sobre su trono. Visible y patente es la cicatriz, y no se ha borrado jamás; sea porque como pretenden algunos, la Santísima Virgen por otro milagro lo haya impedido; sea mas bien porque al renovar los colores, los artistas por respeto hayan tenido el cuidado de no tocar a una herida tan gloriosa como expresiva que desde dos siglos viene repitiendo “María ha triunfado del hereje; María no ha querido separarse de Paita”. De la Obra: Historia de Paita Abraham Gonzáles Castillo CERRO EL EREO El Ereo es un cerro que se eleva cosmogónico y señorial como el más grande otero dominador de dos ríos de posición ventajosa y características peculiares, este cerro enraizado en la fábula y amaneceres de la región, es el guardián celoso de buena parte de los valles del Chira y Piura al treparse majestuoso y querer ganar al cielo en su afán de cumplir mejor el papel vigilante, bien llamado tutelar. Los pueblos del mundo sea cual fuere su ubicación geográfica, lo primero que crean es el lenguaje por la necesidad de comunicarse; nace así la comunicación gesticular, oral y escrita desarrollándose formas perfectas. A la materialización comunicante se suma la necesidad de entender el por qué de las cosas, de qué somos, de donde venimos y la razón de estar aquí dominando la naturaleza en sus múltiples aspectos. El Ereo es un cerro cosmogónico, vinculado a la imaginación prehispánica tallán y ligado a la vivencia, y mentalidad campesina del Medio Piura y Alto y Medio Chira. Testigo de infinidad de hechos unidos a la historia regional y dueño de una entraña mineral magnética cuya evidencia está demostrada en estudios científicos. En cuentos y relatos populares se advierte lo estrecho del vínculo Hombre – Cerro. Las Fábulas y tradiciones del lugar no pueden prescindir del vigilante Ereo. Su relación con los bandoleros es inagotable y el cerro es el protagonista principal en los recuerdos de nuestros abuelos transmitidos de una generación a otra. Aún es posible encontrar a quienes fueron victimas de algún asalto en el camino, por el que seguro nuestras abuelas pasaron santiguándose temiendo al salteador. El cerro es el señor no superado entre los recuerdos de una generación ya casi desaparecida, centenaria y testigo de los cambios advertidos en el lugar. Bajo las laderas del cerro se ubican los sectores 15-8, Valle de San Juan, C-P 5, Somate y Lloque Yupanqui, desde donde las retinas de sus cotidianos moradores se detienen ya por costumbre a observar el cerro, que en tonalidades diversas pareciera transmitir mensajes irreversibles. Sus caprichosas formas se detectan desde Sullana, Marcavelica, Querecotillo, la ruta Sullana–Piura, Las Lomas, Tambogrande y toda la Colonización San Lorenzo, Malingas, el camino entre Las Lomas y Suyo, Poechos, es decir su área de influencia es mayúscula y sirve para entender la vinculación que debió tener con los hombres pretéritos de los sitios mencionados, si pensamos en el vientre mineral de que es dueño y en la estratégica posición con que nació. El Ereo no es como el Huascarán ni como el Aconcagua, es un cerro aislado, pequeño pero dominador, guarda más embrujos que el Pilán en Morropón; sin embargo falta el compilador que dé forma literaria a los relatos acumulados en las neuronas de los vigías del cerro, en los custodios de este patriarca, porque en sus inmediaciones aún se encuentran personas que han pasado toda la vida a su alrededor. No hace mucho un incendio destruyó gran parte de la flora y fauna del Ereo, un descuido muy condenable fue la causa de que las llamas acabaran con colambos, macanches, corales, palo santos, gualtacos, vichayales, obelares y otras formas de vida cuyo habitat era el cerro. Dicen que desde Tambogrande y zonas adyacentes, por las noches cuando se apagó el fuego, el cerro parecía un enorme nacimiento con luces que se encendían y apagaban como intermitentes en el pesebre navideño. Este punto de atención es un hito saltante en la cartografía regional. Aparece en mapas desde el siglo X VII y en los croquis de rutas que ilustran algunos viajes del siglo XVIII. No es nada descartable que el Ereo fue contemplado por los conquistadores españoles en 1532 ya que su ruta de ingreso a Tangarará los llevó a atravesar el Medio Chira, cuando salieron de la recién fundada San Miguel tomaron el camino del Tambo – Grande en la dirección a Cajamarca. La ruta de la Santa Visita del obispo Martínez Compañón en 1783 se traza entre Pelingará y la Punta (actual Sullana), de donde podemos deducir que el ilustrísimo obispo contempló el cerro en marzo de 1783, cuando en el cumplimiento de su labor pastoral solucionó problemas temporales de sus feligreses. Pero quien nos da una visión mayor sobre el Ereo en sus viajes es don Antonio Raymondi anotando las distintas posiciones desde donde lo observaba. No muy lejos del Ereo en el sector 8 – 4 se encuentra el Monasterio de la Encarnación de los padres y hermanos benedictinos. Desde ese lugar se contempla el cerro en una de sus majestuosas y principescas versiones. El color del cerro varía de acuerdo a la estación de año, a la distancia y a la condición de los años secos o lluviosos. El tono celeste que adquiere algunos meses, desde la distancia lo hacen más mágico y patriarcal al observador. Hay posiciones estratégicas desde donde al contemplarlo parece surgir en medio de una sábana verde. Ése es el Ereo, el vigilante pétreo de la zona que en las noches estrelladas rivaliza con el Orión constelador. Sólo estudios posteriores afirmarán o desmentirán si sobre el cerro se organizaron romerías en tiempos prehispánicos, en esos siglos el cerro debió significar mucho para nuestros antepasados en un perímetro muy amplio incluyendo Suipirá y Suyo. El círculo geográfico del Ereo, sin lugar a dudas motivó un halo divino en torno a él, deificado por los piuranos de ayer. La influencia del cerro en la vida piurana prehispánica se nota en los relatos de la zona que hacen girar a su alrededor innúmeros sucesos de la vida regional; los recuerdos de la actual generación centenaria se contagian entre los relatos heredados de sus predecesores, aún se pueden rescatar leyendas confiadas a la memoria de los vigías eternos que con muchos años a cuestas siguen haciendo girar sus vidas alrededor del místico cerro. Desde el Kilómetro 35 de la carretera Sullana – Tambogrande, el cerro tiene, una envidiable forma volcánica, y casi a la altura del kilómetro 22 parece una zapatilla antigua desafiando al tiempo o tratando de avanzar en el horizonte. De otros lados es posible observarlo en su forma característica de dos coronas y nebulado de un celeste divino. Desde la mágica Greda, Locuto, Angostura, Serén, Ocoto y otros lugares del Medio Piura es tan soberbio que da la impresión de un semidiós haciendo girar los relatos locales siempre a su alrededor. Esta innegable influencia del Ereo en la vida regional forma parte de la PIURANIDAD IRREDENTA. Tenemos una identidad especial como piuranos que nos diferencia de toda la costa. Nuestra identidad cultural se perfila a través de valores históricos, geográficos, lingüísticos, etnológicos, literarios, musicales, pictóricos, de religiosidad popular, industria casera, cosmogonía y en otros aspectos que el arte y la vida tienden a resaltar. A nosotros como PIURANIDAD VIVIENTE nos compete colaborar para que las generaciones futuras hereden una PIURANIDAD EDIFICANTE sin perder el nexo espiritual perpetuado desde hace milenios hasta el día de hoy. Miguel Arturo Seminario Ojeda Historia de Tambogrande

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